Teemu Leinonen: una estrategia de (e-)aprendizaje para el futuro

Artículo de Teemu Leinonen en su blog acerca de la búsqueda de una visión (y de acciones) para rediseñar la educación en Finlandia. Leinonen plantea una estrategia, resumida en tres puntos básicos, pensando en todos los niveles desde la educación infantil a la formación en los puestos de trabajo.

  1. No escoger sólo una buena forma de enseñanza y aprendizaje: aplicarlas todas. La investigación y la experiencia directa avalan distintos tipos de buenas prácticas y no hay por qué limitarse a una sóla. La construcción colaborativa de conocimiento, los entornos de aprendizaje auto-organizados, los videotutoriales, los juegos, abrir la clase al mundo, fabricar cosas con las manos, consultar y editar la Wikipedia, los debates... todo ello puede combinarse.
  2. Hacerlo todo en línea. Lo digital primero. Para sacar el máximo provecho de las prácticas citadas, todas estas actividades deberían ser visibles en la red, tener presencia web. Compartir las experiencias, contar las cosas que se hacen en un blog, publicar las conferencias en vídeo, ampliar los debates más allá del aula y del tiempo de clase, etc.
  3. Deshacerse de todas las estupideces. Entendiendo por estupideces todo lo que nos impide hacer un trabajo positivo. Por ejemplo, eliminar las calificaciones al uso, que sólo sirven para seleccionar a la gente e imponer jerarquías y únicamente motivan a unos pocos (hay otras maneras de evaluar, más constructivas, sin poner notas), no dejar que las normas impidan sacar a los alumnos del aula, evitar las lecciones magistrales, etc.

Implementar estos puntos no es fácil. La parte más difícil es deshacerse de lo viejo: la larga tradición de enseñanza y aprendizaje que viene de un tiempo en que la información era escasa y buscar un lugar para todos en la sociedad industrial era una de las principales razones del sistema educativo. Hoy necesitamos inspirar a las personas para mejorar y seguir adelante en sus vidas -intelectualmente, en cuanto a sus destrezas, emocionalmente y culturalmente—. Necesitamos amor por el aprendizaje.