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Actualizado: hace 19 horas 1 min

El rol de las bibliotecas en la pandemia

25 Febrero, 2022 - 17:32
A pesar de un decremento en la inversión pública las bibliotecas siguen creciendo en popularidad como espacios de normalidad frente a la pandemia.

Bibliotecas en la pospandemia. Foto: Istock/JackF

A dos años del inicio de la pandemia, las bibliotecas han experimentado cambios en sus servicios y propósitos. En artículos anteriores hemos hablado acerca de su capacidad para reinventarse, así como su potencial de ser lugares de aprendizaje y facilitadoras para la creación de comunidades estudiantiles. Ante el inminente cierre de muchas y la limitación de actividades para otras, los bibliotecarios han tenido que mantenerse creativos para adaptarse a una normalidad que sigue sin permitir la presencialidad pre-pandemia.

La renta de libros y los eventos en línea, el préstamo de libros sin contacto, las actividades al aire libre con los protocolos y medidas de prevención se han vuelto la base de la supervivencia de las bibliotecas, sino de las comunidades que apoyan. Para quienes realizan el trabajo dentro de estos edificios es claro que la labor ya no solamente se trata de conservar y prestar colecciones de libros, ni siquiera de compartir conocimiento, sino de ofrecer una semblanza de normalidad social y cognitiva que no esté ligada al consumo. Las bibliotecas son uno de los pocos espacios públicos a los que se puede acceder sin la expectativa de de un gasto, por eso es tan importante asegurar su continuidad en un panorama pospandemia. ¿Cómo se está logrado esto?

Los aprendizajes obtenidos desde el inicio de la pandemia le han dado a los bibliotecarios las herramientas para abrir el espectro a más actividades didácticas y sociales. Las mejores bibliotecas hoy en día cuentan con laboratorios computacionales, cuartos de conferencias, estudios para grabar podcast y editar videos, cafeterías, experiencias educacionales para niños, y hasta cocinas para aprender sobre culturas diversas a través del proceso de hacer platillos típicos. 

Aún con el cierre o disminución de de las actividades públicas que ha provocado la variante Omicron, la biblioteca mantiene servicios como los préstamos sin contacto. Una persona puede pedir un libro en línea y recoger la copia física en un casillero, dentro de un área segura con poco aforo dentro de las instalaciones.

“Este año ha sido una montaña rusa. Hubo innovación constante y tratamos de encontrar maneras de servir a la gente lo mejor que pudiéramos”, comentó Megan Allen, Directora de Bibliotecas en Quincy, Massachusetts para The Boston Globe. Gracias a la inventiva de los profesionales del rubro las bibliotecas no sólo han permanecido activas, se han vuelto más populares. A pesar de este progreso, el capital invertido para mantener estos desarrollos así como un sueldo digno para los bibliotecarios no ha sido proporcional a los esfuerzos realizados.

En Estados Unidos, el gobierno no ha podido respaldar por completo las bibliotecas públicas en 27 años, el 86 % de los fondos provienen de las arcas locales. En la última década, el presupuesto total de Inglaterra para mantener sus bibliotecas bajó un 25 %, mientras que en Canadá los recortes del estado han sido tan severos que en algunas instancias han alcanzado el 50 % del presupuesto.

La oferta y la demanda para los servicios que ofrecen las bibliotecas existe, el problema que podría poner en riesgo su continuidad no es la digitalización, ni una disminución de las copias físicas de libros, ni siquiera la pandemia; es la falta de disponibilidad de fondos públicos para asegurar que continúe como un recurso gratuito. Este momento, en el que las bibliotecas son un bastión del acceso al conocimiento y de las actividades que cuidan la salud social y mental del público, es tiempo idóneo para evaluar las aportaciones de estas instancias y hacer lo posible por conservarlas en la forma que las conocemos.

¿Has visitado tu biblioteca local este año? ¿Qué programas maneja? ¿Te has beneficiado de alguno? ¿Cuál es tu postura con respecto a las bibliotecas, su rol dentro de la pandemia y a futuro? Cuéntanos en los comentarios.

 

El maestro que busca que todos se enamoren del braille

25 Febrero, 2022 - 16:20
Juventino Jiménez, indígena Ayuujk con discapacidad visual y maestro de este sistema, cuenta la utilidad de los puntos de relieve y cómo usarlos en la vida cotidiana.

Artículo publicado originalmente en TecReview.

El sonido del braille es igual al pop que hacen las palomitas de maíz. Las personas que ven, escriben con papel y lápiz, mientras las personas ciegas usan una cartulina, regleta (una especie de regla con perforaciones) y un punzón (que parece una aguja de coser). Y para construir cada letra tienen que hacer cuatro o cinco perforaciones en el papel. Ese sonido, el del punzón abriendo la hoja, enamoró a Juventino Jiménez Martínez. Él es indígena Ayuujk con discapacidad visual, maestro de este sistema y activista por los derechos indígenas y personas con discapacidad.

Juventino aprendió braille cuando tenía 10 años. En ese entonces era débil visual y el uso de esta herramienta era optativa. “Me gustaba cómo sonaba cuando lo escribían y por eso quise aprenderlo. En ese entonces no sabía que me quedaría ciego y ésta sería una de mis más amadas herramientas”, dice. Este sistema de escritura y lectura en puntos de relieve es una de las pocas maneras en las que una persona con discapacidad puede saber cómo se escriben las palabras.

Cuando Juventino comenzó a aprender este lenguaje solamente sentía un universo de puntos en sus manos, con el tiempo se dio cuenta de que –para él– leer en braille, es un placer. “Puedes sentir en las yemas de tus manos la construcción de una letra, de una palabra. Puedes palpar cada signo de puntuación, conocer cómo se forma una oración”. Juventino también es maestro de este lenguaje. Cuenta que los jóvenes ya no quieren aprenderlo porque para ellos es suficiente con los softwares que leen las pantallas de sus computadoras o celulares. Pero este sistema es la única herramienta que tienen los ciegos o débiles visuales para aprender ortografía y la construcción del lenguaje escrito. Es como si una persona normovisual o que ve, solo usará audiolibros, pero nunca hubiera leído o visto una palabra. “Algunos dicen que han leído muchos libros, pero en realidad los han escuchado, no saben leer, no conocen las palabras”, explica.

La tecnología puede ayudar

En nuestro país no se ha trasladado el uso de este sistema en las tecnologías, solamente existen pocas iniciativas para adaptar este lenguaje. Por ejemplo, iOS tiene la opción de un teclado braille para que las personas con discapacidad visual puedan escribir a la misma velocidad que cualquier otra persona y sin necesidad de dictar. “Es una herramienta maravillosa donde usas seis dedos, eso te hace muy veloz. Es gratis y escribes con mucha precisión”, dice Juventino. Éste es uno de sus argumentos más fuertes para convencer a los jóvenes de que aprenda el lenguaje de puntos.

También existe un dispositivo llamado líneas braille, éste se conecta a computadoras, tablets o celulares y realza los puntos de las palabras que están en la pantalla. Pero cuestan entre 50,000 y 70,000 pesos. “Tener discapacidad sale caro, porque tienes que usar herramientas adicionales a las que usa una persona que ven: como un perro guía, softwares y otros”, dice Juventino.

Un océano de libros y apenas 200 títulos en braille

Para Juventino no hay nada más placentero que sentir cada letra de las palabras que conforman un cuento o una novela, pero cuando estudiaba se dio cuenta de la carencia de libros en braille. Estudió en la Escuela Primaria de Niños Ciegos y Débiles Visuales en la Ciudad de México, a partir de la secundaria cursó en escuelas regulares y recuerda que los profesores le pedían leer libros, pero creían que era tan sencillo como ir a la biblioteca y pedirlo.

“El sistema braille está en proceso de desaparición porque los niños y jóvenes no lo están aprendiendo en la educación inclusiva”, dice este docente. (Foto cortesía del entrevistado)

De acuerdo con Juventino, los libros de braille que existen no rebasan los 200 ejemplares y todos son literatura, como Don Quijote de la Mancha y algunas obras de Gabriel García Márquez.  Son pocos por tres razones: el costo de la impresora, del papel y lo complicado de traducir de tinta a puntos con relieve.

Una impresora braille equivalente a una de oficina o casa cuesta por lo menos 100,000 pesos mexicanos, a partir de ahí el precio sube de medio millón hasta un millón de pesos mexicanos. La Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos tiene impresoras noruegas que cuestan millones de pesos. El papel que usan es costoso porque es más grueso que el normal, debe ser una cartulina bristol de 180 gramos. 

Y por último, la traducción es difícil. “No solo se trata de traducir y mandar a imprimir, hay que ver cómo queda el formato porque por cada cuartilla en el braille son en promedio tres”, detalla. Ahora existe un nuevo método que se llama interpunto, este permite imprimir a ambas caras, lo que ahorra la mitad del espacio. 

No existen textos académicos para ciegos

“Los ciegos no solo leemos literatura, también necesitamos textos académicos”, explica Juventino. En la licenciatura y maestría, para él era difícil leer al mismo ritmo que sus compañeros, porque dependía del software de lectura de pantalla que no es muy exacta y menos en textos de sociología.

A veces, tenía que escuchar varias veces una oración para entender completamente el sentido. “Nuestra deficiencia no nos limita, nos limitan las barreras de la sociedad”, comenta. Por esta razón, cofundó el proyecto Letras Habladas en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y de la asociación Punto Seis para crear, imprimir o grabar los títulos académicos que no existían. Actualmente, imparten licenciaturas en historia, sociología, antropología, ciencia política y promoción de la salud. Para las que ya cuentan con un acervo de textos en braille o audiolibro.

Que el braille no muera

Desde la secundaria, Juventino carga con regleta, punzón y hoja. Fue la forma en la que podía tomar apuntes importantes.  Ahora lo usa para escribir direcciones o teléfonos en calles peligrosas. “Nadie va a querer robar mi regleta, pero mi celular sí”, explica entre risas.

“No debemos permitir que el legado de Luis Braille desaparezca, debemos repensar la forma de seguirlo enseñando y utilizando en todos los ámbitos de la vida”, dice Juventino y recomienda que las personas con discapacidad visual usen este lenguaje para valerse por sí mismos: “Yo escribo los números de mi tarjeta bancaria, mi número de cliente y otros datos importantes para no pedir ayuda a la hora de realizar un trámite o una llamada”.

Recomendaciones para las personas normovisuales o gente que ve:
  • Si chateas por WhatsApp con un ciego, usa todos los signos de puntuación, puedes usar emoji, pero no stickers, porque no los describe ningún sistema.

  • “No omitan comentarios o palabras, hablen de forma natural. Los ciegos también tenemos humor negro”, recomienda Juventino.

  • Y a los editores de libros les pide que hagan más accesibles los títulos para personas con discapacidad, porque muchas veces la única manera de acceder a un texto es romper candados para pasar el texto a Word.

 

Prevención del suicidio: ¿Qué pueden hacer las escuelas?

21 Febrero, 2022 - 19:28
En España, en promedio, diez jóvenes deciden acabar con su vida diariamente. ¿Qué pueden hacer las instituciones educativas para prevenir que esto suceda?

Foto por: undefined undefined

El estar encerrados en casa por casi dos años debido a la pandemia, el constante cambio de rutina con las escuelas abriendo y cerrando, la distancia social y el miedo al contagio, aumentan la probabilidad de que la población infantil y juvenil presenten problemas de salud mental. Según el informe Estado Mundial de la Infancia 2021 de la UNICEF, 13 % de los jóvenes entre los 10 y 19 años padecen algún trastorno mental, y en un 50 % de los casos, los trastornos comenzaron antes de los 14 años.

En España, el suicidio es la primer causa de muerte no natural de los jóvenes entre los 15 y 29 años. Incluso, en promedio, diez jóvenes deciden acabar con su vida diariamente. En el caso de México, el Instituto Nacional de Salud Pública de México estima que por cada suicidio consumado, se realizaron 20 intentos no fortuitos. ¿Que pueden hacer las instituciones educativas para evitar que se llegue este punto?

A medida que los estudiantes comienzan a regresar a las aulas, los centros educativos se vuelven el lugar donde niños y jóvenes pasan más tiempo, por lo que las escuelas juegan un rol importante en la prevención del suicidio. La conducta suicida no consiste solo de la intención de quitarse la vida, incluye los pensamientos e intentos, por lo que las escuelas deben saber cómo intervenir y tener los recursos necesarios para ayudarlos a dejar de sufrir en silencio.

Las instituciones educativas son un recurso ideal para que los alumnos aprendan habilidades socioemocionales, es el lugar donde socializan con personas de su edad y es el primer lugar donde pasan una cantidad significativa de horas sin la supervisión de sus familiares. Es por eso por lo que es importante que las escuelas aprovechen para potencializar la habilidad para gestionar emociones, el autocontrol y el cómo relacionarse con otras personas. Para ello, es necesario que las instituciones inviertan en la prevención, ofreciendo atención puntual y eficiente para los problemas de salud mental de niños y jóvenes. Según un estudio publicado en el Journal of Affective Disorders, se ha encontrado que aplicando programas de resiliencia emocional, las escuelas han reducido los síntomas de ansiedad y depresión en niños de 6 a 12 años.  Adicionalmente, existen casos donde las escuelas son los únicos lugares donde los estudiantes tienen acceso a esa clase de recursos de apoyo.

Es indispensable que también se informe a la comunidad educativa sobre cómo detectar cualquier señal de alarma que indique que un estudiante presenta problemas mentales o emocionales para guiarlo a obtener ayuda. La formación del personal educativo tras un intento de suicidio es clave, pero también preparar a los mismos compañeros para que se conviertan en buenos agentes preventivos. Que una niña o adolescente cuente con una persona con la que pueda hablar y sentirse escuchado genera una línea de apoyo vital que puede salvar su vida. Que las escuelas tengan espacios y profesionales a los cuales los estudiantes puedan acudir para hablar de temas que les preocupan es un paso imprescindible para prevenir el suicidio. Además, de esta forma también se detectan y resuelven casos de acoso escolar.

Contar con protocolos también es una medida necesaria ya que ayuda a saber cómo abordar a los estudiantes con ideación o intentos de suicidio. Saber qué hacer en estos casos puede ser lo único que evite un fatal desenlace. Aunado a esto, trabajar en las aulas aspectos de salud mental como habilidades de manejo de las emociones, solución de problemas, estrategias para la flexibilidad cognitiva, regulación de estrés y cómo actuar en situaciones de crisis, entre otros. 

El metaanálisis School-Based Suicide Prevention Programs publicado en The International Handbook of Suicide Prevention, Second Edition, el cual contiene distintos programas de prevención contra el suicidio, encontró que las medidas de prevención que mejor funcionan son las siguientes: 

  1. Currículos de sensibilización y educación
    • Se deben crear programas escolares que tengan un plan de estudios de concientización y educación para enseñar a los estudiantes sobre el suicidio, sus factores de riesgo y qué hacer cuando se enfrentan a una situación de estudiantes con tendencias suicidas. El estudio concluyó que las instituciones que cuentan con este tipo de currículos demostraron tener un cambio de comportamiento significativo y una reducción en la incidencia de la ideación y los intentos de suicidio, lo que demuestra que el modelo de concientización y educación de los programas de prevención del suicidio es una vía prometedora que merece una mayor exploración.

  2. La detección es clave
    • Menos del 25 % de las familias son conscientes de las conductas autolesivas y suicidas de sus hijos, especialmente porque los jóvenes no buscan ayuda. Una solución, según el estudio, es administrar un cuestionario de detección preliminar y luego remitir a los estudiantes que presentan señales de alerta al consejero escolar o facilitar que obtengan ayuda psiquiátrica emergente.

  3. Capacitar a guardianes
    • Tener estrategias de los programas enfocados a concientizar y detectar. Un ejemplo es el programa utilizado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para abordar el comportamiento de suicidio y autolesión conocido como “Preguntar, persuadir y referir” (QPR por sus siglas en inglés). Su objetivo es aumentar la conciencia sobre el suicidio dentro del personal escolar, la identificación de estudiantes en riesgo, mejorar las habilidades del personal para intervenir y, en general, aumentar la comunicación entre el personal académico y los estudiantes. Implica enseñar al personal a identificar a jóvenes en riesgo y luego responder adecuadamente al ayudar con la derivación a recursos de salud mental.

    • El estudio demostró que aquellos estudiantes en riesgo normalmente no buscan ayuda en los adultos por sí mismos, así que capacitar a los educadores a actuar como guardianes parece una solución más lógica, sin embargo, es clave capacitar a los adultos y a los compañeros, ya que estos son más conscientes de las percepciones y los comportamientos dentro de sus círculos sociales. Contar con un programa de guardianes o vigilantes entre compañeros es una estrategia aún más eficaz que simplemente, “Preguntar, persuadir y referir”.

    • Estos programas de apoyo dirigidos por otros estudiantes y guardianes se ha utilizado para capacitarlos para difundir mensajes positivos, que modifiquen las normas sociales en los entornos escolares, para que los estudiantes se animen a desarrollar habilidades y actitudes positivas para la vida, y fomenten una creencia y una estrategia que promuevan la búsqueda de ayuda de los adultos. Además, el programa busca crear una expectativa de que los compañeros también busquen ayuda cuando se enfrentan a la tendencia suicida.

  4. Entrenamiento de habilidades
    • El estudio sugiere aplicar el programa CARE/CAST que se trata de cuidar, evaluar, responder, empoderar y entrenar (CARE por sus siglas en inglés) a los estudiantes para afrontar y apoyar (CAST) ya que desarrolla habilidades para prevenir el suicidio. Primero, la parte CARE se trata de detección selectiva con una intervención directa seguido de entrevistas motivacionales. Después está la parte CAST que tiene como objetivo aumentar el afrontamiento y la regulación del estado de ánimo, disminuir el uso de sustancias y aumentar el rendimiento escolar. Se trata de capacitar en habilidades a grupos pequeños de estudiantes con promedio bajo, con alto porcentaje de ausentismo o referencias directas del personal. Se trata de 12 sesiones que buscan enseñar habilidades y el cambio de comportamiento que resultan en reducir los factores de riesgo de un suicidio.

La salud mental y la conducta suicida necesitan ser parte del contexto educativo. Más allá de sólo cumplir con el currículum académico, las escuelas, el personal educativo y los estudiantes deben ser concientizadas sobre la importancia de la corresponsabilidad social y su papel para prevenir el suicidio. Como se mencionó anteriormente, siempre hay intentos antes de la consumación de un suicidio; saber identificar estas y otras señales de alarma puede prevenir un fatal desenlace y ayudar al estudiante a salir adelante. 

 

EGADE Business School lanza Master in Business Management Online en Coursera

18 Febrero, 2022 - 14:35
El MBM Online de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey es el primer programa de grado de México que se ofrece en Coursera y está diseñado para ayudar a los recién graduados a diferenciarse en un mercado laboral competitivo y acelerar su carrera.

Con información de EGADE Business School.

Para ampliar los horizontes de todos aquellos recién egresados de universidades y jóvenes profesionistas que buscan empoderar su carrera profesional con una ventaja competitiva desde el inicio, sin importar su formación académica de base o su ubicación geográfica, EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey ha lanzado el Master in Business Management (MBM) Online en colaboración con Coursera, una de las mayores plataformas de aprendizaje en línea del mundo.

El MBM Online es un programa en español cuyo formato flexible y de tiempo parcial permite a los jóvenes profesionales de México, mayor autonomía, al trascender las barreras de lo presencial y habilitar a los estudiantes para mantener una posición laboral mientras aplican al momento los conocimientos prácticos recién adquiridos. Así, el nuevo MBM Online se convierte en la manera más ágil de revolucionar el comienzo de sus trayectorias profesionales.

“La creciente automatización de los procesos de producción y la disrupción global actual han acelerado la transformación digital de los negocios, con lo que la relevancia de las habilidades en desarrollo y gestión empresarial también ha aumentado. Con esto en mente, el MBM Online está diseñado para equipar a los nuevos profesionales con una formación de negocios fundamental, con énfasis en aquellas destrezas del mundo real que los preparen para generar en el sector empresarial estrategias de negocio con impacto positivo”, afirmó Eduardo Aguiñaga, director nacional de Programas Full-Time de EGADE Business School. 

El plan de estudios del MBM Online cuenta con un enfoque disruptivo basado en un modelo académico mixto del que las sesiones en tiempo real, la interacción y colaboración por medio de plataformas online inmersivas y otras múltiples estrategias de enseñanza, como los talleres especializados (workshops) y los simuladores de negocio, forman parte. Más aún, con el aprendizaje basado en retos y el análisis de casos de estudio reales, el programa promueve el conocimiento contextualizado para su aplicación inmediata.

“Es un honor asociarse con EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey para contribuir a que los recién egresados de universidades desarrollen las habilidades críticas necesarias para tener éxito en la economía digital”, dijo Betty Vandenbosch, vicepresidente ejecutiva de Contenido y Credenciales de Coursera. “Este nuevo grado habilitará a los profesionistas hispanohablantes a lo largo de Latinoamérica y en todo el mundo para aprender habilidades tecnológicas y de negocios en gran demanda, y desbloquear mayores oportunidades económicas para sí mismos, sus organizaciones y las comunidades”.

Este novedoso posgrado ofrece el valor de un máster internacional sin necesidad de cruzar fronteras. En un mundo cada vez más interconectado, donde la diversidad de pensamiento, ideas y experiencias es esencial, aprender nuevas habilidades junto con compañeros de diferentes países mejora el entendimiento de los negocios globales, al tiempo que desarrolla capacidades de diálogo y colaboración intercultural. Sumado a lo anterior, los recién egresados y jóvenes profesionistas que cursen el MBM Online podrán expandir su red de contactos accediendo a la comunidad de EGADE Business School, que cuenta con más de 20.000 directivos, líderes empresariales y emprendedores.

Asimismo, este programa permitirá a los participantes maximizar su potencial y ampliar sus oportunidades laborales, con el soporte de la excelencia académica de EGADE Business School y un profesorado reconocido internacionalmente por su liderazgo transformacional y calidad probada no solo en el aula, sino también dentro de sus industrias de competencia.

Las inscripciones ya están abiertas y la primera generación del programa comenzará sus cursos en septiembre de 2022.

Más información e inscripciones del MBM Online de EGADE Business School en Coursera aquí.

 

¿Funciona la semana laboral de cuatro días?

17 Febrero, 2022 - 09:06
De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Auckland, los niveles de estrés bajaron de 45 % a 38 % y el puntaje de balance trabajo-vida se incrementó de 54 % a 78 % al aplicar un esquema laboral de cuatro días en el grupo participante.

Semana Laboral 4 días. Foto: Istock/sinseeho

La crisis sanitaria llevó a las empresas a reevaluar sus prácticas de trabajo en favor del cuidado de la salud de los empleados. Un ejemplo de esto es la normalización del trabajo remoto. Antes del inicio de la pandemia, era impensable que compañías completas trabajaran en un esquema a distancia como su modo por defecto. De acuerdo con un estudio realizado por Owl Labs, 16 % de las compañías a nivel mundial  trabajaron completamente a distancia durante el 2021. 

Cambios de esta naturaleza abren camino a cuestionarse más aspectos de la cultura laboral, como los horarios y la productividad. La semana laboral de cuatro días comenzó a probarse en diversos países como un programa piloto en 2018, mucho antes de la pandemia. La firma fiduciaria Perpetual Guardian, en Nueva Zelanda, fue de las primeras compañías en implementar esta nueva agenda de trabajo. De acuerdo a un estudio interno realizado por la empresa y monitoreado por la Universidad Tecnológica de Auckland, se registró un incremento en el compromiso y el empoderamiento del personal. Los niveles de estrés bajaron de 45 % a 38 % y el puntaje de balance trabajo-vida se incrementó de 54 % a 78 %. Según informó Andrew Barnes, fundador y ejecutivo en jefe de la empresa para The Guardian.

“La preocupación más grande desde el punto de vista de un empleador es asegurar que la introducción de tiempo completo de esta política pueda llegar a la complacencia, con el riesgo de que la productividad de los empleados vuelva a bajar”, agregó Tammy Barker, gerente de rama de Perpetual Guardian para el periódico inglés. Explicó que para evitarlo es necesario asegurarse que cada persona en cada equipo tiene un plan de trabajo definido de acuerdo a sus tiempos, capacidades y responsabilidades. Para que la productividad se mantenga, esta debe ser la norma siempre.

El experimento de la semana laboral de cuatro días también se está realizando en otros países como Islandia, España y Japón. Entre 2015 y 2019 en Islandia se efectuaron pruebas de semanas laborales de cuatro días analizados por la Autonomía y la Asociación por la Sustentabilidad y Democracia. Tras el éxito de las pruebas, el 86 % de la fuerza laboral en el país ha cambiado a la semana laboral de cuatro días.

Opción disponible, no solución absoluta

A pesar de los resultados positivos en la mayoría de los casos en los que se ha probado este horario, no es posible decir que funciona para todas las empresas, ni para todos los rubros de trabajo, tampoco se trata de un remedio universal e infalible para el sobretrabajo y el estrés laboral.

El arreglo de un horario de este tipo tendría que ir de la mano con una distribución efectiva de las labores, la eliminación de las horas extras no pagadas como parte de la cultura de trabajo. Desafortunadamente existen centenares a millares de empresas que no tienen la capacidad de sobrevivir sin ejercer este tipo de prácticas. La normalización global de un balance entre la cantidad de personal, los objetivos de una empresa y la carga de trabajo correspondiente por persona y equipos, es indispensable antes pensar en una reducción de un día en la semana que posiblemente sería insostenible para muchos equipos de trabajo. 

¿Crees que la semana laboral de cuatro días es una buena idea para mejorar la productividad en las empresas? ¿Qué desventajas piensas que pueda tener en comparación con los beneficios? ¿Consideras que hay otros factores más importantes dentro de la cultura de trabajo que habría que ajustar antes de implementar esta medida? Cuéntanos en los comentarios.

 

Abordando las consecuencias a largo plazo del aprendizaje inconcluso

15 Febrero, 2022 - 08:05
Alumnos de primaria y secundaria están atrasados en matemáticas y en lectura. ¿Qué acciones se pueden tomar para ayudar a que se recuperen?

Foto por: Oranat Taesuwan

Como escribimos la semana pasada, los efectos de la pandemia con el aprendizaje inconcluso y el absentismo crónico pueden afectar a largo plazo a una generación entera de estudiantes. Una buena educación está relacionada no solo a mayores ingresos sino también a una mejor salud, menor tasa de encarcelamiento y una mejor participación política. Mckinsey estima que el aprendizaje inconcluso relacionado con los estragos del COVID-19 podría reducir los ingresos de por vida para los estudiantes de primaria y secundaria por un promedio de $49,000 a $61,000 USD. La economía también corre peligro porque si bajan los niveles de educación y los ingresos, habrá menos innovación y menos productividad económica. Para el 2040 que la mayoría de los niños estén en la fuerza laboral, los autores estiman una posible pérdida anual del PIB de Estados Unidos de unos $128 mil millones a $188 mil millones de dólares.

Para abordar el aprendizaje inconcluso y demás problemáticas educativas provocadas por la pandemia, líderes educativos en Estados Unidos crearon el Consejo de Oficiales Principales de Escuelas Estatales (CCSSO por sus siglas en inglés). Esta coalición busca promover el éxito de los estudiantes, resaltando las prioridades que se necesitan para lograrlo con el uso eficaz y efectivo de los fondos federales. 

Esas prioridades se resumen en cuatro acciones: reabrir las escuelas, reincorporar a los estudiantes, apoyar a los estudiantes en la recuperación del aprendizaje inconcluso y reimaginar los sistemas educativos a largo plazo. Para los expertos, para que se lleven a cabo de manera exitosa estas acciones, es importante que se involucre el gobierno y que comprendan las necesidades cambiantes de los padres y estudiantes a medida de que avanza y se termina la pandemia, y que se comprometan con ellos para ayudar a los alumnos a aprender y prosperar. Mckinsey encuestó a más de 16 mil madres y padres sobre estas necesidades y su perspectiva, y mencionan qué pueden hacer los estados y distritos escolares para adaptarse y satisfacerlas. 

1. Reabrir escuelas de forma segura para el aprendizaje en persona

La mayoría de los distritos escolares de todo Estados Unidos emplean estrategias de mitigación del COVID-19 como campañas de vacunación para el personal y los estudiantes. Además de proporcionar pruebas del coronavirus, mascarillas obligatorias y actualización de sus infraestructuras para abrir sus puertas y ofrecer clases en persona todos los días. 

Un análisis del año pasado sobre si es seguro o no reabrir las escuelas con los protocolos correctos implementados sugiere que sí es recomendable hacerlo, sin embargo, los padres entrevistados siguen preocupados por la seguridad en las escuelas y un tercio está extremadamente preocupados por la amenaza del COVID-19 para la salud de sus hijos. Para ellos, los distritos debieron invertir en las medidas de salud y seguridad desde el regreso a clases en otoño. 

2. Reincorporar a los estudiantes

El reabrir las instituciones es un gran desafío, sin embargo, aún más desafiante puede ser alentar a los alumnos a regresar. Más allá que algunos estudiantes abandonaron sus estudios por completo o les da miedo exponerse y contagiarse, la encuesta sugiere que el 24 % de los padres aún no están convencidos de mandar a sus hijos a clases presenciales, en caso de las comunidades negras, eso se eleva al 34 %. 

En una nota positiva, solo el 4 % de los padres y el 6 % de los padres afroamericanos contestaron que definitivamente no mandarían a sus hijos a la escuela. Para estas familias que permanecen tomando clases virtuales, las escuelas deben buscar continuamente cómo mejorar sus modelos de aprendizaje en línea, buscando corregir errores que han cometido anteriormente. 

A las familias que aún están indecisas, el gobierno debe comprender sus necesidades y brindar opciones de aprendizaje que sean efectivas para sus hijos. La principal preocupación es la seguridad, sin embargo, otra razón es que consideran que el aprendizaje a distancia ha sido un mejor entorno de aprendizaje para sus hijos, incluso considerando que han mejorado la salud social, emocional y mental de sus hijos aprendiendo desde casa. Aún así, para muchos el aprendizaje remoto le falló a muchos otros. 

Además de comprender las necesidades de los padres, los distritos deben acercarse a las familias para conocer sus preocupaciones sobre el entorno de aprendizaje y abordar las causas por las cuales no regresan los niños a la escuela. Es posible que el gobierno necesite una amplia gama de tácticas, desde campañas de asistencia y alcance, hasta incentivos para los estudiantes para brindar servicios que las familias necesitan, como transporte y cuidado de los niños. Además, se debe hacer un mayor esfuerzo por descubrir qué estudiantes están en riesgo y necesitan intervenciones específicas. 

En Chicago, EE. UU., por ejemplo, en asociación con la Universidad de Chicago, han desarrollado un índice de priorización de estudiantes (SPI), para identificar a los alumnos con mayor riesgo de aprendizaje inconcluso. El índice se basa en una combinación de insumos de vulnerabilidad académica, asistencial, socioemocional y comunitaria. El distrito se acercará a los estudiantes más vulnerables con apoyo adicional mientras que las escuelas se asocian con organizaciones comunitarias para realizar visitas domiciliarias. Al final del año escolar, el gobierno monitorea y rastrea los resultados para ver qué tácticas funcionan y cómo mejorar. 

3. Apoyar a los estudiantes en la recuperación del aprendizaje inconcluso y en necesidades más amplias

Incluso si los estudiantes regresan y cuentan con entornos de aprendizaje efectivos, muchos estarán atrasados académicamente, lo que puede provocar que se les complique regresar al aprendizaje tradicional. El gobierno debe crear estrategias para apoyarlos mientras los alumnos se esfuerzan por recuperarse del aprendizaje inconcluso, resuelven sus problemas de salud mental y reintegración social. Sin embargo, por más planes y soluciones que presenten los distritos, de nada sirve si los padres no asisten a los programas de apoyo o a las pláticas, por lo que es vital que ellos también pongan de su parte. 

Según la encuesta de Mckinsey, los padres subestiman el aprendizaje inconcluso causado por la pandemia. El 40 % respondieron que su hijo está bien encaminado y el 16 % dijo que su hijo está progresando más rápido que en el entorno tradicional. Sólo el 14 % cree que su hijo se ha retrasado significativamente. 

Incluso si los programas son gratuitos, es posible que muchos padres no los aprovechen porque no lo ven necesario. Solo alrededor de una cuarta parte dijo que es muy probable que escriban a sus hijos en programas de tutoría, después de la escuela o en la escuela de verano, por ejemplo. Casi el 40 % respondió que es más probable que inscriban a sus hijos en programas de enriquecimiento como arte o música, por lo que los distritos y las escuelas deben considerar la importancia de no sólo ofrecer programas efectivos, pero hacerlos atractivos.

En Rhode Island, EE. UU., por ejemplo, las escuelas durante sus clases de verano combinan lecciones de matemáticas y lectura con actividades divertidas proporcionadas por asociaciones comunitarias. Las actividades de enriquecimiento como cocina italiana, deportes, o de navegación, logran persuadir a los estudiantes a participar. Para ellos, el fomentar la unión de la comunidad con asociaciones y las escuelas crea un enfoque dual en lo académico, creando un fuerte enfoque en las relaciones y el apoyo socioemocional. 

4. Reimaginar el sistema educativo a largo plazo

Las brechas de oportunidades siempre han existido, sin embargo, a medida que las escuelas se recuperan de la pandemia, los distritos deben comprometerse en brindar una educación excelente a todos. Un posible punto de partida para CCSSO es redoblar los esfuerzos para proporcionar un plan de estudios atractivo y de alta calidad con educadores diversos y efectivos en cada aula, respaldados por evaluaciones para informar cómo van y cómo mejorar. 

Además, los distritos escolares deben considerar reinventar otros aspectos del sistema. Los padres también deben estar abiertos a modelos no tradicionales. El 33 % de los encuestados contestaron que, incluso cuando la pandemia haya terminado, lo ideal para su hijo sería algo más que cinco días a la semana en una escuela tradicional. Cada vez más familias consideran modelos híbridos, aprendizaje remoto, educación en el hogar o centros de aprendizaje a largo plazo. Aunque se reabren por completo las escuelas, para ellos, se necesita el uso de las nuevas tecnologías para apoyar la enseñanza. 

Las Escuelas Públicas del Condado de Edgecombe en Carolina del Norte, por ejemplo, usan centros de aprendizaje para atender las necesidades de los estudiantes. Para los alumnos de primaria y secundaria, ofrecen actividades de enriquecimiento que incluirán proyectos basados en intereses en ciencias y estudios sociales; para los de preparatoria, las actividades incluyen exponer sus pasiones e intereses a través de proyectos específicos de artes del lenguaje y estudios sociales u obtener experiencia laboral, ya sea remunerada o voluntaria. El gobierno aprovecha las asociaciones comunitarias para realizar estas actividades.

Por otro lado, Dallas, Texas, está reconsiderando el año escolar tradicional, recabando opiniones de las familias, los educadores y el personal escolar para garantizar que las comunidades estén preparadas para los desafíos que puedan presentarse. Más de 40 escuelas han optado por agregar cinco semanas de intercesión adicionales al año escolar para brindar actividades académicas y de enriquecimiento específicas. 

Aunque es imposible saber si estos experimentos tendrán éxito y los distritos escolares deben monitorear de cerca cada estado para asegurar que triunfen e ir mejorando cualquier falla. Sin embargo, la pandemia ha demostrado que algunas de las innovaciones nacidas por necesidad satisfacían mejor las necesidades de algunas familias. La experimentación continua y el ajuste fino podrían unir lo mejor de los enfoques tradicionales y nuevos.

Debido a que los desafíos están arraigados en el sistema escolar desde antes de la pandemia y han resistido muchos esfuerzos para reformarse. Aun así, los distritos y las escuelas pueden garantizar la implementación de iniciativas basadas en evidencia, al mismo tiempo que realizan pruebas piloto y hacen seguimiento de los nuevos enfoques innovadores. 

Aunque es demasiado pronto para evaluar completamente la efectividad de las soluciones pre pandémicas para el aprendizaje inconcluso, es necesario no sólo reabrir las escuelas y recuperar el aprendizaje inacabado, sino también reinventar los sistemas educativos a largo plazo. Para Mckinsey, la mejor opción es adoptar un enfoque holístico basado en las opiniones y preocupaciones de los estudiantes y sus padres para poder diseñar programas que satisfagan las necesidades académicas y no académicas por igual.